Parece bastante razonable llamar “excéntrica” a un prototipo de motocicleta de grandes dimensiones, con ruedas de madera y un motor V8 de los primeros que se fabricaron en toda la historia. James Scripps Booth, artista y diseñador de Detroit, desarrolló la Bi-Autogo entre los años 1908 y 1912 y obtuvo su hueco en la historia por su originalidad y vanguardia con respecto a la época.
Cuesta hablar de motocicleta cuando tiende más a parecerse a un carro alargado, pero podemos dejarlo en un híbrido. Su estructura en metal mezcla una parte delantera tomada de las motos de la época y una parte trasera donde se sitúa la mini cabina. Lo que más llama la atención no es que tenga dos enormes ruedas en los extremos, en madera y goma con un diámetro de 37”, sino que antes del eje trasero cuenta con un par de ruedas pequeñas a cada lado para mejorar la estabilidad a bajas velocidades.
Por delante justo de la cabina, para dos personas, se encontraba el bloque propulsor. Un enorme motor V8 de nada menos que 6.3 litros de cubicaje, refrigerado por múltiples tubos de cobre. Seguramente le haría mucha falta porque no estaba precisamente muy aprovechado: sólo 45 CV máximos salían de sus entrañas. Si moverían el Bi-Autogo y todo pero no a demasiada velocidad porque pesaba nada menos que 1.415 kilogramos.
Es elogiable la imaginación y el trabajo impuesto en él por James Scripps, que innovó en detalles como un volante tradicioanl con cláxon integrado o en el asiento de cuero (esto último quizás no tanto). Su diseño rompedor y su baja eficiencia lo relegaron a la simple exposición y ahora se encuentra visible en el Museo Histórico de Detroit.
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